I. Perdido Un monstro familiar me acecha Oculto en la sombra. Mil miedos me generan Incontables ansiedades. Frenético, voy dando tumbos, Esclavo de deseos y pasiones. Todo parecen tener claro su rumbo, Únicamente yo estoy perdido. II. Búsqueda Mi intuición me dice Que hay algo más. Entre mil libros busco, Pero no encuentro. Ecos de maestros ancestrales, Resuenan en mi mente. Agotado, Miro hacia el interior. El tigre que me acecha Ya no anda lejos… III. Vislumbres Sentando en silencio, Veo la luna reflejada En un charco de agua. El tigre feroz ante mí, Ya no es un extraño, Y me preparo para la batalla. IV. Confrontación Este gato salvaje Es imposible de atrapar Y parece incansable. Como una montaña, Me quedo inmóvil, Y le miro a los ojos. Plenamente atento, Voy escalando hasta lo más alto, Y penetrando en lo más hondo. V. Tempestad Respiro, Solamente respiro. Una y otra vez, Mil pensamientos me azotan Como nubes de un temporal sin fin. Solo cara la pared, Aguardo pacientemente A que la tempestad amaine. VI. Descanso Este pequeño gatito, Se ha vuelto dócil como ninguno. Enroscado sobre mi panza, Duerme plácidamente Hasta que yo le despierto. Estirado sobre mi hamaca, Ya nada perturba mi sueño. VII. Sin huellas Miro hacía atrás, Ni rastro del tigre que me acechaba. Tampoco veo sus huellas. Como una ilusión, Todo parece haberse esfumado. En este vasto desierto, Ya no hay lugar a confrontaciones. VIII. Vacío Sin tigre, sin preocupaciones, Sin yo, sin los demás, Sin interior, sin exterior, Sin despertar, sin camino hacia el despertar, Sin universo, sin vacío, ¡Nada! … y no obstante algo. IX. Espejo Donde quiera que mire, Todo brilla intensamente En este espejo impoluto. Una piedra o una joya, No hay diferencia, ¡Todo es perfecto! Y en toda la existencia, YO soy lo más sagrado. En este éxtasis, ¿Quién podría hablar? X. Deambulando Consciente de cada paso
Deambulo por el mundo, Solo, y sin ningún propósito. Por fin recuperé mi inocencia, Y estoy en casa. Sin hacer divisiones, No discrimino entre el bien y el mal. Creando su propio devenir, Mil aflicciones atormentan Aquellos que me rodean. Nadie conoce mi secreto, Tampoco puedo expresarlo en palabras. Los comentarios están cerrados.
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Autor
Carlos Tavares Calafate es profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, practicante de meditación Zen, y amante de la poesía, pintura y caligrafía Zen. Archivos
Febrero 2022
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